Todos y cada uno de nosotros/as, idealmente, querríamos trabajar siempre con gente agradable y con la que sea fácil tratar, pero esto, obviamente, no siempre es así. Algunas veces nos toca trabajar con personas que quizás no son de nuestro agrado, que nos resulta molestas, que nos hacen sentir incómodos, o que incluso nos caen mal.
Muchas veces no podemos elegir a las personas con las que trabajamos e incluso puede ser que esa persona sea buena (o muy buena) en su trabajo, y que no sería deseable que saliera de tu equipo o de la empresa
Entonces por tu bien, y por el bien del resto del equipo es necesario que aprendas manejarte con estas personas.
Acá te damos 3 tips:
1. Aceptar que que una persona no te caiga bien, te resulte molesta, irritante no quiere decir que lo sea siempre ni para todo el mundo. Por tanto la molestia siempre está en el ojo del que mira, y cuando se trata de cómo “nos sientan” determinadas personas siempre somos total y absolutamente subjetivos y parciales.
2. Aceptar que no es necesario que se hagan amigos. Solo trabajan juntos.Cuando somos adolescentes Existe esa “ilusión” de poder ser aceptado y queridos por todos. Pero sucede que la vida no es así: hay gente con las que nos llevamos mejor, con otros regular y con otros sencillamente nos resultan insufribles.
Es importante saber poner una “distancia de seguridad emocional” entre vos y estas personas. Porque de eso depende nuestro “bienestar emocional” en el trabajo.
3. Descubrir qué es lo que hace que esa persona te resulte molesta
¿Te molesta como habla? ¿Te resulta demasiado agresivo/a? ¿O quizás demasiado pasivo?
Cuando logras identificar exactamente qué es lo que te molesta o te irrita de estas personas, entonces y sólo entonces puedes encontrar la manera de relacionarte con ellos/as de una forma constructiva y segura.
Es fundamental tener en cuenta que tu no vas a poder cambiar a la otra persona, lo único que puedes cambiar es la forma que tu tienes de relacionarte con este compañero de trabajo, superior o colaborador.