EFECTOS PSICOLÓGICOS DEL DISTANCIAMIENTO SOCIAL 

El mundo giraba aceleradamente y estábamos llenos de sonidos. Contábamos con diferentes alternativas que organizaban nuestra rutina. Teníamos muy poco tiempo para pensar y diferentes actividades (compras, viajes, salidas, etc.) llenaban nuestros vacíos. Pero en un instante el reloj del mundo se hizo más lento y pausado, desdibujando las certezas y estructuras que nos enmarcaban.

Angustiarse en el marco de este contexto es esperable. Los posibles efectos tales como miedo, ansiedad, soledad, irritabilidad, desconfianza, incertidumbre, frustración, desamparo, estrés, etc. son una respuesta previsible y acorde a una situación extraordinaria, nunca vivida. Ante esta sorpresiva pandemia, hemos perdido, momentáneamente,  el modo de vincularnos, que teníamos hasta hace unos días, y rápidamente, debimos aprender nuevos modos de relacionarnos, ya que el marco afectivo, conocido y cotidiano que nos contenía, abruptamente se modificó. 

UNA OPORTUNIDAD PARA RELACIONARNOS DESDE OTRO LUGAR 

¿Qué podemos hacer para sobrellevar y transitar este período de distanciamiento social de la mejor manera posible?

Parte del equipo de psicopatología del Centro Médico Integral Fitz Roy comparte sus testimonios:

Lic. en Psicología Cecilia Luciana Araujo (MN 50777)

“Este cambio podría pensarse como una oportunidad para enfocar la situación desde una perspectiva que nos permita reencontrarnos, repensarnos, reconciliarnos con las angustias que habitualmente tapamos,  hacer conexiones menos superficiales y revisar nuestra escala de valores. Cada uno desde su singularidad sabrá qué hacer con este tiempo y podrá emplearlo para posicionarse en una versión más solidaria, quizás una de las claves para atravesar esta situación. Potenciar la solidaridad podría ser la mejor vacuna para nuestro psiquismo”.

 

Lic. en Psicología Liliana Moroni (MN 5855) 

“Resulta vital y saludable abocarnos a hallar nuevas maneras de relacionarnos. Para ello, primero es necesario reconocer que perdimos, momentáneamente, las formas que conocíamos de contacto social. Busquemos a partir de ahí modos virtuales de conexión afectiva, que nos hagan sentir bien, contentos, alegres, al lograr encuentros familiares, con amigos, con colegas, que serían impensados hace un mes, pero que hoy los hacemos posibles. Si nos sorprenden sentimientos de tristeza, desgano, pesar, no debemos asustarnos: démosle lugar, sin temor, para poder ir transformándolos en idea, acciones creativas, que nos sigan permitiendo atravesar este contexto, sabiendo que podemos contar con los afectos de una manera diferente pero posible, que ahí están para compartir, para escuchar, para aliviar”.

 

Lic. en Psicología Aldana De Luca (MN 70031) 

“Este momento nos reta a ser resilientes, a reinventarnos. Permitamos que la amenaza que sentimos se transforme en un impulso para dar un salto y  transformarnos para mejor con nuevas fortalezas. No desestimes o subestimes tus sentimientos. Es importante no cuestionar los sentimientos que tenemos, aceptarlos. Estamos ante una situación novedosa e inesperada, que nos amenaza. Tener pensamientos o sentimientos negativos es esperable, por mas saludables que estemos, no es un signo de debilidad. Intentá ser tolerante con vos mismo y con los demás. No juzgues ni te juzgues”. 

Lic. en Psicología Natalia Pérez Corso (MN 45502) 

“Para los que están pasando en soledad el aislamiento se hace difícil, sobre todo en una sociedad donde las reuniones sociales son una parte primordial. Ante sentimientos negativos (vacío o soledad), es importante tener en cuenta que el aislamiento es físico y no afectivo, y que debemos apoyarnos en nuestros afectos, valorar la tecnología que está a nuestro alcance para compartir nuestras emociones o sencillamente vincularnos y sentirnos más cerca del otro. Es importante también valorar el reencuentro con uno mismo y encontrar actividades placenteras como manualidades, expresiones artísticas, etc. En el caso de estar en familia, tengamos en cuenta las rutinas y los deseos de los otros, seamos más tolerantes, menos exigentes, y más respetuosos.”

Estrategias de afrontamiento

A continuación les proponemos algunas estrategias de afrontamiento para sobrellevar el aislamiento: 

Comunicación y activación de redes sociales: Evitar el aislamiento virtual. Solicitar ayuda y proporcionarla, sobre todo hacia los adultos mayores. 

Información:  Buscar una forma equilibrada de mantenernos informados y sobre todo con fuentes oficiales. No compartir contenidos inseguros en redes.

Apoyo profesional: Solicitar apoyo profesional en caso de ser necesario y no abandonar los tratamientos psicoterapéuticos en curso.  

Adaptar la rutina: buscando un balance entre las tareas laborales y las recreativas. Proyectar el día nos permitirá recuperar el control y aliviar el estrés. 

Incorporar/mantener ejercicio físico y practicar técnicas de relajación, yoga o mindfulness.

Respetar  la privacidad de cada integrante de la casa.

Descansar correctamente y mantener una alimentación saludable

Cuidarse/cuidar al otro: Respetar las normas sanitarias y quedarse en casa.

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