Entrevista realizada en El Cronista a Damián Buenard, Jefe Comercial del CMIFR.
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Las compañías tientan al personal de sanidad con sueldos más altos que los que se pagan en el sistema de salud. Aún así, son difíciles de conseguir.

La pandemia por el Covid-19 y sus consecuencias en el mercado corporativo puso en la mira de todas las empresas la relevancia de la medicina «in company». Hoy, la demanda de médicos y enfermeras en plantas de producción y oficinas argentinas está en su pico histórico más alto y a pesar de que los salarios que se ofrecen están muy por encima de los que se pagan en el sistema de salud, los recursos humanos escasean.

«Hemos visto un incremento considerable en el caudal de pedidos de asesoramiento por parte de las empresas, para garantizar el cumplimiento de todas las medidas sanitarias que se exigen en este escenario. Desde que comenzó la pandemia la demanda de médicos en planta subió más de 30%», dijo Damián Buenard, Jefe Comercial del Centro Médico Integral Fitz Roy.  

«La realidad de hoy implica asumir de manera urgente, la tarea de generar sinergia entre las empresas y el personal, instaurando una cultura de prevención y seguridad«, explicó Buenard y agregó que no solo se busca un objetivo de tranquilidad y confianza a empleadores y empleados, sino también retomar la productividad anterior a la pandemia, evitando brotes.

Maximiliano Schellhas, Director de Staffing en la consultora de Recursos Humanos Randstad, plantea el mismo panorama. «Previo a la pandemia, los médicos (y el personal de sanidad en general) no eran perfiles demandados por las empresas en general. De golpe, con la pandemia, las compañías empezaron a demandar enfermeros y médicos por los controles que debían hacerse y luego con protocolos más rígidos se intensificó», dijo a El Cronista

 

Las empresas que más demandan médicos en planta son las de gran tamaño y dos o tres turnos, donde hay mucho recambio de personal o los trabajadores permanecen en el lugar de trabajo. «Mineras; agroexportadoras en zonas de puertos como en Rosario, con contacto con personas que llegan del exterior, automotrices», enumera Schellhas y explica que hoy uno de las principales desafíos es evitar que ingrese la variante Delta.

 

Buenard afirma que el médico en planta no sólo ofrece atención médica al personal sino que también gestiona y audita el control agentes de riesgo dentro de la empresa. «En el Centro Médico Integral Fitz Roy por ejemplo, tenemos un servicio integral 360° y ofrecemos soluciones a las problemáticas de las empresas de dos posibles modalidades: presencial y online» detalló.

Empresas como Schneider, Grimoldi, y Schott son ejemplo de las más de 20 empresas que hoy cuentan con los servicios de ese centro médico, donde aseguran que desde que empezó la pandemia, notaron un aumento del 30% en la demanda. 

En otras compañías, personal sanitario -no necesariamente médicos- son los encargados de tomar la temperatura y consultar por síntomas; una tarea si bien en otras empresas las realiza el encargado del edificio, el recepcionista o el personal de seguridad, es mucho más efectivo porque tienen los conocimientos y facultades correctas para tomar decisiones ante un problema.  

Además, son imprescindibles en los edificios corporativos donde se realizan test rápidos con controles aleatorios; un mecanismo que se realiza en firmas como la propia Randstad y para el que se cuenta con este personal especializado.

En otros sectores, incluso vinculados a la salud, los médicos en planta también son un recurso permanente para atender cualquier eventualidad. En el laboratorio Takeda, cuenta Gabriela Pittis, Head de Latinoamérica de la compañía, el médico en planta no solo atiende a los empleados sino que se pone al frente de las campañas de vacunación. «En Colombia hubo una campaña para vacunar a todo el personal y se realizó justamente con el médico de planta», explicó.  

Para el acompañamiento médico que demanda la nueva presencialidad en el trabajo, agrega Buenard, «lo mejor es contar con profesionales que guíen a los empleadores y brinden la mejor solución integral para el retorno de los empleados a las instituciones».

En esa línea, Schelhas asegura que «los médicos de guardia pasiva son un recurso muy usado» porque es también conveniente para el profesional que puede atender el requerimiento de las empresas como un empleo complementario y menos costoso para las compañías. De esta forma, es más fácil de contratarlos además en un contexto donde se hace cada vez más difícil encontrar recursos.

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