Tomar vacaciones, ese tiempo de descanso de la rutina diaria, trae muchos beneficios para la salud mental, y además, nos ayuda a ser más creativos y productivos al momento de retomar las actividades.

 

Correrse de la exigencia y de la autoexigencia realizando actividades placenteras, que puede ser desde leer un libro, andar en bicicleta, caminar por una plaza, hasta charlar un rato con amigos, aporta energía nueva, claridad y motivación.

 

La Licenciada Liliana Moroni (MN 5855), coordinadora del equipo de psicopatología del Centro Médico Integral Fitz Roy, destaca la importancia del descanso dentro de la rutina laboral. Te contamos algunas de las sugerencias que expresó Liliana para tener en cuenta y aplicar no solo durante las vacaciones sino también durante todo el año.

 

Es importante tomar un descanso del trabajo porque: 

  • El aparato psíquico gasta mucha energía en todas las actividades que realiza.
  • Las vacaciones y los tiempos de descanso permiten desconectar y cargar energías realizando actividades placenteras.

 

¿Por qué nos hacen bien las vacaciones?

  • Tomar mejores decisiones al regreso
  • Encontrar soluciones a temas pendientes
  • Correrse de lugar permite ver las cosas desde otra perspectiva y con otra motivación.
  • Nos ayuda a recuperar la disponibilidad energética

 

¿Por qué son importantes los descansos dentro de la rutina laboral?

  • Hacer cortes permite recargar energía.
  • Programar y respetar los tiempos de descanso nos hace ser más productivos, creativos y focalizados.

 

¿Cómo evitar el multitasking?

  • No realizar tareas en simultáneo.
  • Pausa las aplicaciones que envíen notificaciones o el chequeo de mail permanente.
  • Programar el tiempo de espacio placentero: es espacio de recuperación ayuda a focalizar mejor.
  • No correrse del eje para evitar culpa e incomodidad.

 

¿Cómo manejar la culpa?

  • Destinar una cantidad de tiempo a la actividad a realizar
  • Pautar de antemano los espacios de descanso y respetarlos. Si está pautado como parte de la actividad diaria, esos ratos no se viven con culpa porque estuvieron planificados.
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