Los trastornos de ansiedad pueden comprometer la efectividad de un trabajador. En el ámbito laboral, la ansiedad puede encontrar, en el estrés cotidiano y la rutina, la oportunidad ideal para hacerse presente y crecer.
La ansiedad hace del día a día una experiencia difícil y poco productiva. Provoca problemas de concentración, fatiga excesiva, irritabilidad y menor productividad.
Se cree que por cada nueve empleados en una empresa, uno de ellos sufre o sufrirá un trastorno de ansiedad en algún momento de su vida. La ansiedad hace del día a día una experiencia difícil y poco productiva. Provoca problemas de concentración, fatiga excesiva, irritabilidad y menor productividad. Algunas de las razones por las que muchos pueden sentir ansiedad en el trabajo son:
- Tener la palabra en una reunión.
- Responder al teléfono.
- Fechas límite para entregar proyectos.
- Aprender nuevas habilidades.
- Dar un discurso frente a desconocidos.
- Ser entrevistado para un nuevo puesto.
- Ser convocados a la oficina del jefe.
- Interactuar con colegas.
- Trabajar en proyectos grupales.
- Pedir ayuda para un proyecto.
- Tener que tomar decisiones importantes.
- Llegar tarde.
Reconocer las señales Cuando alguien está abrumado, pierde la confianza, se cuestiona y duda. Comienzan a aparecer señales a las cuales hay que prestarle atención para poder recurrir a un profesional en busca de consejo o tratamiento:
- Apatía o pérdida de interés.
- Problemas de sueño.
- Fatiga.
- Dificultad para concentrarse.
- Tensión muscular.
- Dolor de cabeza.
- Problemas estomacales.
- Aislamiento social. Cambiar conductas Con el apoyo y el tratamiento apropiado, el empleado es capaz de superar su ansiedad laboral.
Además de buscar ayuda con un profesional en psicología o psiquiatría, existen varias cosas que pueden trabajarse:
- El perfeccionismo es un síntoma de ansiedad al cual no se le presta la atención debida. Es bueno establecer metas realistas, paso a paso, aceptando los errores.
- Por la noche antes de dormir y en las mañanas al despertar, es importante enfocar el pensamiento en algo bueno, aunque sean pequeñas cosas cotidianas.
- Mejorar lo que se pueda, pero sin que esto sea un gran problema. Organizarse, planificar el tiempo, hacer listas de pendientes ayuda a sentirse menos abrumado.
- No tratar de controlar lo incontrolable. Muchas cosas escapan a la propia decisión, especialmente el comportamiento de otras personas.
- Enfocarse en aquello que gusta del trabajo, es una manera inteligente de sobrepasar los momentos de más estrés.